Estación actual de Ferreruela de Huerva
2 - El ferrocarril
También las comunicaciones por ferrocarril eran
bastante deficientes en la comarca, tal como hemos expresado anteriormente. A
pesar de haber transcurrido cerca de cien años desde la inauguración del primer
ferrocarril de la península, Barcelona-Mataró, la mayoría de la gente de
esta zona no conocía el tren y por la misma razón no había hecho uso de sus
servicios.
El más cercano era el de Calatayud-Teruel inaugurado a
primeros de siglo y la estación más próxima para Cucalón era la de Báguena, a
unos 20 km. de distancia. Este tramo de ferrocarril, era como consecuencia del
trazado de un gran proyecto existente por parte del Gobierno Central desde
hacía mucho tiempo, para unir por ferrocarril el Cantábrico con el Mediterráneo
y su construcción sufrió diversas vicisitudes de toda índole.
Vamos a hacer un largo paréntesis
para copiar lo que decía el diario Heraldo
de Aragón, el día 22-2-1896, sobre la actualidad de las obras para la
realización del proyecto de esta línea de ferrocarril, por la Compañía del
Ferrocarril Central de Aragón, llamada normalmente el “Central”:
FERROCARRIL CENTRAL DE ARAGON - Podemos
comunicar a los lectores noticias muy halagüeñas acerca de este ferrocarril que
constituye legítima esperanza de dilatadas comarcas aragonesas.
El
ingeniero de la división del Este Sr. Cuadrado acaba de girar una visita de
inspección recorriendo el trazado de Villafeliche a Daroca. Reconoció los
trabajos que se han verificado ya y los que actualmente se verifican sin oponer
reparo alguno los encontró perfectamente.
Examinó
con detenimiento las obras que se efectúan para la apertura de los cuatro
túneles de la zona de Villafeliche, los caminos que se están abriendo para las
canteras y para llegar con carros hasta el límite de las obras.
Dos
días empleó el Sr. Cuadrado en su visita regresando muy satisfecho a Barcelona
por el impulso que se da a las obras, abrigando el propósito, en vista del
empeño con que se trabaja, de girar una nueva visita a los pueblos del trazado
en el mes de Abril.
Actualmente
trabajan unos 400 obreros que, en breve serán aumentados, a medida que se
comiencen las obras en distintos puntos.
Todo
esto, como es lógico, ha levantado extraordinariamente el ánimo de los pueblos,
escépticos los últimos años por la experiencia de repetidas decepciones.
También
contribuye a mover los entusiasmos y afirmar la convicción de que el
ferrocarril ha entrado en vías de segura construcción, la visita que
actualmente hace a la primera sección del trazado el consejero de dicho ferrocarril
D. Juan Gualberto Ballestero.
Según
este distinguido amigo nuestro, en el consejo domina el firme deseo de que las
obras adquieran enseguida un desarrollo singular entorpecido hasta ahora por
causas ajenas a la voluntad de la sociedad concesionaria. Si los planos
parcelarios hubiesen estado concluidos, según era de esperar, a la fecha
estarían hechas y pagadas todas las expropiaciones. En algunos pueblos estas
dificultades se hallan vencidas, en otros a penas si quedan propietarios que no
hayan convenido ya con la empresa: prueba el deseo de esta que hay término
municipal del trazado, donde ha pagado dos mil pesetas por dos chopos
cuyo valor es harto insignificante.
Y
confirma este deseo, en grado sumo, que se están construyendo en grande escala rails
y traviesas de las más excelentes clases y en cantidad de mucha importancia.
Además los coches de viajeros, los vagones de mercancías y todo el material
está construyéndose con arreglo a los últimos adelantos: puede asegurarse que
será de primer orden.
Además
pronto serán adquiridos grandes extensiones de terreno para el emplazamiento de
las principales estaciones, sobre todo para la de Calatayud que será muy capaz
y lujosa.
Parece
que algún pueblo discute ahora sobre la situación de la estación con que ha de
dotársele y hay también alguno donde surgen dificultades de más o menos entidad
en el justiprecio de las fincas que han de expropiarse.
Aun
cuando todo esto no reviste gran importancia, y será fácilmente vencido,
creemos convenientemente llamar la atención de los pueblos para que,
inspirándose en un patriotismo más fecundo en bienes para ellos que para la
expresa, orillen todo obstáculo y atiendan solo a lo que la mayoría de las
localidades; a facilitar en lo posible la construcción.
En
cuanto al emplazamiento de estaciones, sin que esto arguya censura ni cosa que
lo valga, debemos recordar lo sucedido a un pueblo importante de esta provincia
cuando la construcción del ferrocarril del Mediodía. Por exigencias
injustificadas la empresa amenazó con variar el trazado: otro pueblo próximo
aprovechó la ocasión y ofreció cuanto pudo y convirtió toda dificultad en
camino llano. Hoy este pueblo tiene estación en la línea férrea mencionada: el
otro pueblo aludido lleva muchos años arrepintiéndose de su irreparable error y
son incalculables los perjuicios materiales que ha sufrido.
En
cuanto a exigencias de los propietarios que valoran excesivamente sus fincas,
también podríamos citar abusos en esta misma provincia y hasta en este término
municipal en que los dueños de terrenos han salido, como vulgarmente se dice,
con las manos en la cabeza por no aceptar proposiciones muy aceptables y hasta
ventajosas de empresas ferrocarrileras.
De
todo esto deducimos que si las empresas no deben ser avaras ni escatimar lo
mejor para los pueblos que con cierto daño para sus intereses estos obrarían
torpemente y se ocasionarían grandes perjuicios, si mostrasen obstinación, en
cuyo pecado creemos no han de incurrir las localidades enclavadas en el fértil
valle del Jiloca.
Si
así obran, dados los deseos de la empresa y el empeño del consejo de
Administración del Ferrocarril Central aragonés, es seguro que están vecinos
días venturosos para las comarcas interesadas.
Mucho
esperamos de la intervención del Sr. Ballestero, si hubiese dificultades que
vencer y más aun de la próxima visita de dicho vocal del consejo de
Administración y del presidente del mismo Sr. Moret, anunciada para mediados
del mes próximo".
Otro ferrocarril de utilidad para nuestra zona fue el
de vía estrecha Zaragoza-Cariñena, de 45,2 Km. de longitud y cuya concesión se
otorgó en mayo del año 1882, pero cuya duración fue solamente hasta el año
1933, en que se inaugura el Zaragoza-Valencia. Como el proyecto no estaba muy
consolidado, en principio se pensó en alargarlo para que se uniese al primero y
fuera de la misma anchura que aquél. Al mismo tiempo hubo mucha polémica para
ver dónde enlazaba con el de Calatayud-Teruel, ya que Daroca fue de nuevo la
protagonista queriendo que fuese esa ciudad el punto de enlace. El Gobierno de
la época consideró que era menos costoso y más corto el trayecto por el Campo
Romanos y decidió que el enlace fuese en Caminreal, a pesar de la presión
ejercida por los darocenses. Se estimó en aquel momento, que de esta forma varios
pueblos quedaban comunicados. Actualmente con la autovía, la historia con
Daroca se repite.
Cucalón tampoco tuvo mucha suerte. Parece ser que el
trazado inicial estaba proyectado por las cercanías del pueblo, pero la vía
quedó a unos tres kilómetros y a pesar de recorrer varios del término municipal
no tuvo ni estación, ni un simple apeadero. Así, el pueblo perdió los
beneficios que producía el ferrocarril a su paso por los pueblos, tanto en
empleos como en comodidad de servicios en el transporte de mercancías y
viajeros. No obstante, algunos vecinos de este pueblo trabajaron como obreros
en su construcción.
El
periódico La Voz de Aragón, del 1-1-1933, con el título "Año del
ferrocarril Zaragoza-Valencia", ofrece a los lectores un gran reportaje
sobre este tema. El día 2-3-1933, vuelve de nuevo sobre la cuestión con otra
crónica titulada "Inauguración de la línea férrea del Caminreal". Ver
también los reportajes de días sucesivos.
Finalmente, el tren empezó a circular el 3 de abril de
1.933, quedando la estación más próxima para Cucalón, la de Ferreruela de
Huerva, a unos 4 Km. y el apeadero de Villahermosa del Campo a 3,5.
Una nota triste sobre las obras de este ferrocarril,
fue el accidente ocurrido a dos operarios cuando no oyeron el ruido de una
locomotora que transportaba unos vagones. El
periódico Heraldo de Aragón daba así la noticia:
En el km. 33 (?) y término municipal de Cucalón
"El tren de Valencia a Zaragoza arrolló a dos hombres, matando a uno e
hiriendo de gravedad al otro". El muerto es Francisco Hernández de
Ferreruela, de 58 años de edad y el herido Mariano López de Cucalón, de 25
años.
Según otros informes que poseo, la noticia no es del
todo exacta, sino a la inversa. Mariano
López de este pueblo, fue arrollado por el tren muriendo instantáneamente y el
otro, Francisco Hernández vecino de Ferreruela, fue despedido por la máquina
causándole heridas gravísimas por las que falleció horas después en Cucalón.
La sucesión de los hechos la desconozco, pero lo que
sí es real es que en el Registro Civil aparece el día 19 de diciembre de 1.933
la defunción de Mariano López Bayo de
30 años de edad natural de Cucalón, hijo de José y Victoriana, casado con
Joaquina Domingo Gimeno, de cuyo matrimonio no existen hijos, falleció a
consecuencia de "contusión cerebral y hemorragia". Esta
declaración la manifiesta "Eusebio Mainar Paricio como
conbecino" (sic).
El uso masivo del automóvil ha dado origen a la escasa
utilidad de esta línea de ferrocarril, en la que la mayoría de las estaciones
permanecen cerradas y la polémica sobre su incierto futuro, pende, como si de
la espada de Damocles se tratara, de las cabezas de los habitantes de la zona.
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